Estudiar es tomar unos contenidos, interpretarlos, asimilarlos y
retenerlos, para después poder expresarlos en una situación de
examen o utilizarlos en la vida práctica. Es el dominio de una serie
de destrezas, habilidades y técnicas, que se aprenden con el
ejercicio y que permiten la consecución del objetivo. Persigue la
adquisición de conocimientos y su puesta en práctica. El fin es la
formación integral de la persona, capacitándola para llevar una vida
a plenitud, una existencia activa, consciente. Esta perspectiva
resume la idea de que los actos de la vida no se encuentran en
compartimentos cerrados, sino que se relacionan unos con otros
abiertamente. Estudiar no puede ser atiborrar de datos a nuestro
cerebro. Lo importante no es la cantidad de estudio, sino la calidad
del mismo. Saber estudiar significa saber cómo hay que pensar,
observar, concentrarse, organizar y analizar, en síntesis, ser
mentalmente eficientes.
Condicionantes
La tónica general de la armonía familiar va a propiciar o no el
mayor rendimiento en el estudio. El ambiente personal también hay
que tenerlo en cuenta, así como el nivel de motivación hacia el
estudio, el objetivo final al que se quiere llegar y por qué, la
capacidad para afrontar los problemas y solucionarlos, el
convencimiento de que el estudio es un verdadero bien y tiene sus
dificultades. Hay que procurar que el cuerpo esté buenas condiciones
al emprender una sesón de estudio, no hacerlo después de una comida
fuerte, una gran emoción, beber alcohol, fumar en exceso o tomar
mucho café. Tampoco es adecuado después de dormir mucho o demasiado
poco. Hay que mantener el cuerpo en forma, haciendo ejercicio y
practicando una buena respiración, siguiendo una dieta sana,
durmiendo lo necesario y no consumiendo drogas.
El sitio donde se desarrolla la verdadera tarea del estudiante es
frente a su mesa de trabajo. Sin ruidos, buena luz, muebles cómodos,
material al alcance de la mano, y con ese toque personal y cálido.
Allí podrá realmente concentrarse.
Se debe establecer un horario para evitar malgastar el tiempo,
estudiar más de lo necesario y ayudar a crear el hábito del estudio.
Nuestro horario personal debe ser estructurado semanalmente, hay que
tener en cuenta los tiempos de todas nuestras actividades, hacer
una escala de autovaloración de las asignaturas según el agrado y el
grado de dificultad que representan para nosotros, distribuirse lo
más concretamente posible tanto las asignaturas como las tareas, las
materias que son parecidas nunca deben estudiarse seguidas. Dejar
cada día un rato para el ocio y ajustar cada actividad a nuestro
ritmo de vida. Una vez determinado el horario, hay que cumplirlo y
tenerlo a mano.
Estudiar fatiga y existen unas técnicas que ayudan al descanso del
trabajo intelectual y al mismo tiempo favorecen la concentración.
Una es la Relajación física de los sentidos, mirando a alguna cosa a
una distancia de dos o más metros. Con tranquilidad, pasivamente,
con el pensamiento centrado en lo que se mira como si fuera visto
por primera vez. Otra es que debemos relajar los músculos de la
cabeza, moviendo los músculos de la frente varias veces hasta
cansarlos, dejarlos ir y sentirlos relajarse, y cambiar de postura
física para movilizar los músculos inactivos durante el estudio y
ejercicios respiratorios.
La Atención es la aplicación de la mente a un objeto de manera
exclusiva y durante un tiempo determinado. Su objetivo es entender,
conocer a fondo y grabar en la memoria los conocimientos adquiridos.
Existen dos tipos de atención: la involuntaria, es decir aquella en
la que no ponemos intención, y la voluntaria, que requiere una
elección y un esfuerzo para salvar la distracción que ejercen otros
estímulos en diverso sentido. Esta es indispensable para obtener
rendimiento al estudiar. La Concentración es el mantenimiento
prolongado de la atención.
El Aprendizaje es un cambio en las disposiciones y capacidades
humanas, con relativa permanencia, y que no se puede atribuir sólo
al proceso de desarrollo de la persona. Existen cuatro condiciones
básicas para tener un aprendizaje óptimo: querer aprender, tener
motivación, un método que sistematice los conocimientos y una
distribución adecuada del tiempo.
La Memoria es un conjunto de procesos destinados a retener, evocar y
reconocer los hechos pasados. Está en estrecha relación con el
interés y la atención. Sin memoria la existencia se desarrollaría en
un presente vacío de significados.
Para facilitar el proceso de la memorización efectiva podemos
utilizar lo siguiente: Asociación de ideas, ya que una idea evocará a
otra. Recodificar el material, cuidando que esa estructura sea
adecuada al contenido. Fragmentar el material en unidades con
sentido que memorizaremos una a una. La curiosidad y el verdadero
interés, una buena concentración, la ausencia de nervios y el
superaprendizaje, ayudarán al proceso de memorizar. Repetición
regular, que es el mejor medio para garantizar el aprendizaje.
Existen también una serie de reglas mnemotécnicas que son aplicables
a volúmenes o materiales muy concretos y no evitan el hecho
esencial de la memoria que es la comprensión.
El Subrayado se utiliza para expresar las ideas principales de un
texto. Para ello debemos dominar la lectura comprensiva, sabiendo
buscar y distinguir esas ideas principales, y sólo subrayar las
palabras necesarias para expresar la idea, no frases enteras.
Realizar un Resumen de lo expuesto, en el que lo explicaremos con
nuestras palabras. El Esquema será siempre personal en la forma pero
debe expresar la idea del autor y diferenciar nuestra opinión. Es
también una buena ayuda para la memoria visual. Las ideas
principales se expresarán a la izquierda para en la derecha colocar
las secundarias. Cuando ya lo tenemos montado hay que hacer una
lectura lenta del esquema junto con una rápida del subrayado para
ver si lo entendemos.
La Repetición mental activa es el punto decisivo para el éxito. Sin
embargo, si no nos ocupamos de su consolidación en la memoria,
prácticamente no será útil. Así, utilizando sólo el esquema repitamos,
preferentemente en voz alta, el contenido íntegro del texto,
consultando donde no se recuerde bien, y efectuemos la repetición las
veces que sean necesarias hasta sentir los conocimientos bien
consolidados.
El Repaso es necesario porque las cosas con el tiempo se olvidan. El
tiempo ideal para hacer el primero es transcurridas 8 horas y el
segundo a las 8 horas siguientes. De este modo parece que la
posibilidad de evocar lo aprendido al cabo de un mes es del 60%.
El método más rápido es el oral, que tiene la ventaja de que
aprendes "oyéndote", pero si es escrito ayuda al sobreaprendizaje,
tan útil para memorizar. Una equivocación es repasar todo pocas
horas antes del examen. Lo ideal sería ir repasando, bien cada día
lo anterior, o un día a la semana.
Un último consejo, si durante un examen nos quedamos "en blanco", no
debemos ponernos nerviosos. Lo recomendable es dejar ese tema y
abordar otro. Buscar ideas relacionadas que nos lleven nuevamente al
tema. No dejar de escribir o de hablar, aunque sean divagaciones.
Saber que durará sólo unos minutos y luego nos recuperaremos.
Fuente: http://derechoprocesalcivilenlinea.blogspot.com
carmenlupegil@gmail.com