Millones de niños y niñas contemplan cómo se desvanece su infancia entre jornadas laborales de interminables horas, esfuerzos físicos nada apropiados, tratos vejatorios y responsabilidades ajenas a las de su edad. Sí, la esclavitud infantil existe, y cualquier esfuerzo es escaso cuando se trata de erradicarla.
El 16 de abril se celebra el Día Mundial contra la Esclavitud Infantil, una jornada dedicada a denunciar el empleo de menores en guerras y trabajos precarios -incluida la prostitución-, así como situaciones relacionadas como el hambre y los malos tratos.
Niños y adolescentes conforman el grupo más vulnerable y desprotegido de cuantos integran el mercado laboral; son, sin duda, la punta del icerberg de los abusos de un sistema en el que los interese económicos tienen la mala costumbre de anteponerse a los valores éticos.
La esclavitud infantil provoca que muchos niños dejen de ser niños bastante antes de lo previsto, lo que, la mayoría de veces, supone una condena que lleva consigo situaciones de extrema pobreza, marginación social, imposibilidad de acceder a la educación…
Atardecer
martes, 15 de abril de 2014
jueves, 10 de abril de 2014
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